Pues éste malo maloso ha sido mi último amigurumi.
De nombre impronunciable (bueno, me lo pronunciaron, pero cualquiera se acuerda) este bichejo super maligno se ha ido a casita de un muchachuelo muy fan(-tástico) como regalito inesperado.
Es un patrón gratis, bastante sencillo y sin grandes complicaciones, apenas algo mas grande que un vaso de cristal. A mi gusto a destacar lo curioso de como se van creando las alitas y lo increíblemente mono que un bicharraco tan feo queda una vez amigurumizado.
Para prentender matarnos a todos hasta dan ganas de llevárselo a casa.
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